miércoles, 23 de septiembre de 2009



Tierra


Me desperté, y me di cuenta que este rocío era de otro planeta.

No estaba en el mío.
Contemplé a través de la ventana de mis ojos
y encontré al Universo en su inexplicable silencio.
Rápidamente, entendí que esos árboles nos muestran que debemos elevarnos,
y entendí, sobretodo, que aquella flor me convence más que cualquier universidad.

Como astronauta acá en la Tierra,
tuve miedo de no volver a respirar esta eternidad,
de no volver a respirar el aire de este mundo.
No entre en pánico, ¿como hacerlo si no estoy solo?

Sin más,
como en un halo de entendimiento puro,
percibí el giro de la Tierra,
sentí la vida de la Creación,
dividí un pensamiento a la mitad,
bese la superficie de este nuevo Mundo,
y con una leve sonrisa,
me fui.

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